Empresarias, lideresas indígenas y afroecuatorianas, autoridades institucionales, representantes de organismos internacionales y deportistas de reconocida trayectoria, se juntaron en la mañana de este 15 de noviembre de 2019 en el Banco Central del Ecuador (BCE). Allí expusieron ante la ciudadanía sus testimonios de vida sobre cómo incorporaron la lucha por la equidad de género en sus agendas personales y profesionales.
De esta manera se desarrolló en Quito el Encuentro Nacional Mujeres Líderes por la Equidad de Género, como punto culminante de una serie de eventos similares que la institución realizó a lo largo de 2019 en las ciudades de Guayaquil, Azogues, Santo Domingo, Riobamba, Manta y Zamora.
En este trayecto, alrededor de cinco mil personas escucharon las exposiciones de más de 20 lideresas de las distintas localidades sobre cómo cerrar las brechas de cualquier tipo por razones de género. “A las mujeres les digo que no tengamos miedo por más límites que la sociedad intente ponernos. La equidad de género es un buen negocio, porque más equidad y mayor empoderamiento harían que la economía ecuatoriana crezca más”, destacó Verónica Artola Jarrín, gerente general del Banco Central del Ecuador.
En su exposición, la titular del BCE contó a los presentes cómo su apuesta por la equidad de género se remonta a sus años universitarios, al punto que su tesis de grado versó sobre este tema. Pero su vida dio un giro importante cuando fue nombrada Gerente General de la entidad hace más de dos años, porque se encontró con la posibilidad de impulsar cambios estructurales. “En el mundo, de aproximadamente 170 bancos centrales, tan solo 17 autoridades son mujeres, sean gerentes, presidentes de Directorio o gobernadores. En América Latina somos dos y en Sudamérica soy la única”, dijo.
Este último punto, el papel de la mujer en el mundo actual, fue el eje de la ponencia de Bibiana Aído, representante en Ecuador de ONU Mujeres, quien dio cuenta de su militancia con el relato de su propia historia. “A los ocho o nueve años me esperaban unos niños afuera de mi escuela para perseguirme. Entonces no entendía qué pasaba. Luego en el colegio nos enseñaban que debemos ser recatadas para no provocar a los hombres. Hasta ahora las mujeres tenemos miedo de caminar solas por una calle con insuficiente luz. Esto debe cambiar”, describió. Por ello invitó a todos a ponerse las ‘gafas violetas’, una metáfora que muestra la necesidad de tomar conciencia sobre la equidad de género. “Al ritmo actual, cerrar las brechas de género nos tomaría 217 años. Es urgente acelerar esto”, señaló Aído.
Posteriormente, desde Guayaquil, específicamente de la comunidad Nigeria, en isla Trinitaria, llegó Sonia España Quiñónez, coordinadora de la Agrupación Afroecuatoriana Mujeres Progresistas. Con un testimonio arrollador contó cómo ante los estereotipos sociales, el racismo, el machismo y la pobreza con todas sus secuelas, las mujeres del sector decidieron organizarse. Primero, alrededor de 80 mujeres impulsaron una Caja de Crédito para prestarse dinero y entre ellas se obligaban a pagar la deuda contraída. Con el tiempo, sus recursos fueron creciendo y a los seis años ya cuentan con 6.000 dólares. Después vieron la necesidad de educarse, para lo que firmaron convenios con una universidad y con un colegio nocturno. Todas terminaron la escuela y posteriormente el colegio. “Ahora somos 256 triunfadoras y emprendedoras con sus propios negocios. Hoy hablamos igual de política, de economía, de equidad y hasta nos paramos frente a un auditorio como lo hago esta mañana”, aclaró con gran entusiasmo España Quiñónez.
Por su parte Seledina Nieve, reconocida deportista de la halterofilia, destacó los avances logrados por las mujeres afroecuatorianas. “Cuando inicié en la práctica de este deporte había hombres que me dijeron que no debía hacerlo. En la vida he debido vencer perjuicios a la vez que ejercitarme con sacrificio para levantar muchos kilos, superarme y dejar en alto el nombre del país. Lo he logrado”, relató.
El aporte empresarial provino de Lucía Fernández, presidenta de la Cámara de Comercio de Manta y de otros gremios y empresas. “Desde pequeña, cuando acompañaba a mi mami a su restaurante que estaba frente al mercado, aprendí la responsabilidad social, algo que lo he practicado también en mi vida profesional”. dijo.
Finalmente, el turno de las ponencias fue para Diocelinda Iza, coordinadora del Movimiento Nacional de sectores populares Luna Creciente. La militante indígena narró a los presentes sobre cómo el motor de su vida fue el plantearse cada vez nuevas y mayores metas. “Me dije, ¿qué más hacen los hombres? Ellos manejan tractores y aprendí a manejarlos. Luego vi que había pocas mujeres choferes en el campo, entonces saqué una licencia profesional”, resaltó. Agregó que lo que más resalta de su vida es el constante trabajo en fomentar la organización como espacio para consolidar procesos de desarrollo humano.
De esta manera, con una gran dosis de optimismo por las luchas y los logros de las mujeres en materia de derechos, concluyó el Encuentro, en el que también participó la violinista Martha Psyco. Desde hace dos años, el Banco Central impulsa acciones y políticas enfocadas en la promoción de la equidad de género, como encuentros en el territorio, publicaciones, apoyo al crédito para emprendimientos de mujeres que atraviesan situaciones de violencia por razones de género, la adhesión a los Principios de Empoderamiento de las Mujeres de ONU Mujeres y Pacto Mundial, entre otros.
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