COMUNICADO OFICIAL
Carta abierta del Gerente General del Banco Central del Ecuador
al Asambleísta Ramiro Aguilar
Señor asambleísta, me dirijo a usted en relación a una serie de declaraciones suyas respecto del Banco Central del Ecuador (BCE) y de supuestas afirmaciones que usted me atribuye.
Según el portal web Focus Ecuador, usted ha realizado una serie de afirmaciones en una entrevista, respecto de mi comparecencia en la Asamblea Nacional en marzo de 2015, sobre las que aclaro lo siguiente:
1. “Algo más grave y esto no solo lo digo yo, sino el gerente del Banco Central, si el petróleo baja a menos de $25, se acabó la dolarización.”
Al respecto, debo señalar que esa afirmación no me pertenece y que es una conjetura de su parte. Esto se puede comprobar en la grabación de la comparecencia en cuestión, disponible en:
Quiero recordarle que dicha afirmación nunca salió de mi boca sino de la suya cuando formuló suposiciones en su pregunta. Cito textualmente, y estas son palabras exclusivamente suyas: “finalmente si no resolvemos nuestro problema de balanza comercial no petrolera y en el momento en el que terminen nuestras exportaciones de petróleo -algún momento se van a terminar, ese es un tema físico no de especulaciones-, tenemos que tomar una decisión sobre nuestra moneda” y luego se apresuró a apuntalar las palabras que usted, muy a su conveniencia, intentó poner en mi boca: “básicamente lo que usted ha dicho”.
Lo que dije fue que, para garantizar el buen desempeño de la economía, la sostenibilidad del sector externo –concretamente un mejor resultado de cuenta corriente- y defender el esquema monetario del país debemos trabajar en cambios estructurales a mediano y largo plazo, como se puede corroborar del minuto 20:00 al minuto 22:40 de la grabación. Es decir que, bajo esta coyuntura, la defensa de la dolarización requiere cambios en la economía. Lo que no quiere decir, como usted -y sólo usted- interpreta de manera sesgada, que como la economía supuestamente no puede cambiar “tenemos que tomar una decisión sobre nuestra moneda”.
La grabación mencionada deja claro cuáles fueron mis palabras y cuáles fueron las suyas.
Como corresponde, le escuché con caballerosidad y respeto en aquella ocasión y le aclaré que la sostenibilidad del esquema monetario no depende únicamente de las magnitudes de una sola variable como el precio internacional del crudo -pese a la importancia de este rubro en nuestras exportaciones-, sino de un conjunto de variables y factores que se expresan en diferentes escenarios. Escenarios pasivos que asumen ciertos choques exógenos y excluyen los efectos de medidas de política económica y escenarios activos que incluyen los efectos de medidas de política económica y de choques exógenos seleccionados. Ante su pregunta, le mencioné variables como: importaciones (consumo importado), inversión extranjera directa y financiamiento externo (público y privado), particularmente relevantes en el corto plazo.
En mi presentación, que antecedió a su pregunta, hablé también de la eficiencia en la gestión de la liquidez doméstica y de todos los componentes de la balanza de pagos, estos son: importaciones, exportaciones, pagos por servicios recibidos y prestados, flujos de rentas, transferencias corrientes, transacciones financieras y de capital, entre residentes y no residentes. También subrayé la diferencia entre las variables que se pueden ajustar en el corto plazo (consumo importado, inversión extranjera y financiamiento externo) y los cambios estructurales (llamados también cambio de matriz productiva) que requiere nuestra economía, en el mediano y largo plazo, para lograr de manera permanente un mejor resultado de la cuenta corriente que nos permita sostener el sector externo ante el ineludible agotamiento de un recurso no renovable como es el petróleo en un futuro todavía lejano.
Finalmente, ante su insistencia, expliqué que si le preocupa identificar un punto crítico del precio internacional del petróleo, a ser considerado en todo escenario, es el nivel de costo de producción, más específicamente el costo marginal de producción. Ya que si el costo de extraer un barril excede al precio que se paga por ese barril, en el mercado internacional, se enfrentaría un problema de rentabilidad en la exportación de crudo. Respecto de esta última consideración y sólo respecto de ésta, mencioné que un punto crítico “oscila entre los 20 y 25 dólares” en referencia al precio internacional del crudo marcador WTI.
Por lo expuesto, queda claro que esto no quiere decir que si un día “el petróleo baja a menos de $25, se acabó la dolarización”, como usted sentencia de manera equivocada e intenta endilgarme, muy a conveniencia de su retórica política, una afirmación que nunca he realizado.
2. “Siempre y cuando no se cumpla el anuncio medio tétrico del gerente del Banco Central quien decía que eventualmente los Estados Unidos están llegando a su tope de almacenamiento de crudo y que si llegan ya no tendrían necesidad de importar. Entonces nos quedaríamos sin un importante comprador.”
La noticia a la que usted hace referencia no es “el anuncio medio tétrico del gerente del Banco Central”, como tendenciosamente señala, sino un enunciado oficial de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) en referencia al desempeño de la Reserva Estratégica de Petróleo de los Estados Unidos de América, comunicado a través de su reporte de mercado de petróleo de 13 de marzo de 2015. Comprendo que usted no esté familiarizado con estos reportes y fuentes, y que los desconozca, pero fui lo suficientemente claro en mi exposición al referirme a una noticia externa. Para que pueda corroborar el origen de esta información me permito compartir con usted el hipervínculo respectivo:
3. “¿Qué fue a decir exactamente el gerente del Banco Central a la Asamblea? Fue a decirnos buu, jajaja. El gerente del Banco Central fue llamado para que explique las razones de las salvaguardias, pero hizo mucho más. Dentro de su comparecencia, entra al fondo del problema y ahí hubo dos preguntas básicas: la primera es ¿cuál el desequilibrio en la balanza de pagos? Respuesta, no sé porque el corte es trimestral.”
Con esta declaración que usted hace, queda claro que no soy yo quien se burla de aspectos tan serios y transcendentes para la vida de los ecuatorianos. Ni “buu” ni “jajaja” fueron expresiones mías ni reflejan el contenido de mi intervención en la Asamblea Nacional. Este tipo de interpretaciones dice mucho de quien las utiliza en relación a un tema tan serio y trascendente.
Cabe aclarar que, en aquella ocasión, expuse por alrededor de una hora y con lujo de detalles el resultado de la balanza de pagos de 2014 (con corte al tercer trimestre). En referencia a su pedido de “una cifra exacta, de cuánto estamos hablando, un balance a la fecha”, esto es al 17 de marzo de 2015, mi respuesta tampoco fue, como usted asevera, “no sé”. Por el contrario, con paciencia y respeto, le expliqué que los resultados de la balanza de pagos se consolidan de manera trimestral y se difunden con tres meses de rezago. Esto no sólo pasa en Ecuador sino en todo el mundo, pues es una práctica general de acuerdo con los estándares internacionales para la elaboración de estas estadísticas de síntesis.
4. “allí también nuestro gurú del Banco Central fue muy claro y dijo: si el desequilibrio en la balanza comercial es tan grande, con precios de petróleo bajos, por más que ustedes tengan norma en la Constitución, tengan el credo del dólar, vamos a tener que desdolarizar, porque será imposible sostenerla”
¿Puede señalar, señor asambleísta, en qué minuto de grabación y la cita textual de mis palabras en que, supuestamente, he dicho algo referente a un “credo del dólar” o he pronunciado las palabras “vamos a tener que desdolarizar”? Por supuesto que no puede, por una simple razón: yo nunca dije nada de esto.
Sin recurrir a retórica politiquera barata ni a falsas interpretaciones de lo dicho por terceros, lo que señalé, con fundamento en argumentos y cifras concretas, fueron dos puntos muy claros: i) la necesidad de impulsar y fortalecer desde ya los cambios estructurales de la economía ecuatoriana para que, en el mediano plazo, podamos contar con una cuenta corriente de mejores resultados y menor dependencia del petróleo; y, ii) que ningún esquema monetario (incluido el ecuatoriano) se mantiene con discursos políticos, consultas populares ni mandatos legales sino con resultados económicos en la balanza de pagos y con eficiencia en la gestión de la liquidez doméstica. Esto lo puede comprobar en la grabación entre el minuto 16:47 y el minuto 53:30.
No sorprende el calificativo de “gurú” que usted utiliza en mi contra con pretensiones sarcásticas, pues es propio de quien carece de conocimiento técnico y argumentos suficientes recurrir a falacias ad hominem para apuntalar sus deficiencias. El uso de este tipo de muletillas resulta lamentable en boca de un legislador, quien debería ser capaz de discutir estos temas con altura, seriedad y mantener una mínima disposición para aprender de quienes conocen más sobre esta materia.
Por ejemplo, la mentira repetida mil veces de que el país, actualmente, está sobreendeudado no tiene ningún sustento. ¿Por qué? La sostenibilidad del nivel de endeudamiento de un país se mide en relación al tamaño de su economía (tamaño del PIB). Esto es tan simple como comprender que una deuda de USD 30.000 no es lo mismo para alguien que produce USD 100.000 en ganancias al año que para alguien que produce USD 15.000. ¿Cuál es la situación del Ecuador? Su deuda pública total (externa e interna) llega, en números redondos, al 30% del PIB a diciembre de 2014. Según el Fondo Monetario Internacional, el Ecuador es el sexto país, de los 32 de la región (América Latina y El Caribe), con menor endeudamiento y está en el puesto 46 de 183 países a nivel mundial. Países como Brasil (65%), Uruguay (63%), México (50%), Argentina (49%), Panamá (46%), Costa Rica (40%), Colombia (36%), Bolivia (32%), entre otros, tienen niveles de endeudamiento superiores al de Ecuador. Si se extiende el análisis fuera de la región, países como Japón (246%), Italia (132%), Portugal (130%), Bélgica (106%), Estados Unidos (105%), entre otros, tienen niveles de endeudamiento público mucho mayores a los de la economía ecuatoriana. Como señalé en mi presentación, bajo la coyuntura actual el endeudamiento externo público y privado es deseable, pues tenemos espacio para asumir montos adicionales de deuda y este es un momento oportuno para hacerlo, asegurando que el destino de esos recursos esté dirigido a proyectos con rentabilidad suficiente para garantizar el repago de esa deuda.
Señor asambleísta, luego de analizar estos datos, ¿le parece sensato dar rienda suelta a la falacia del sobreendeudamiento y contribuir a empeorar los efectos negativos de la caída del precio del crudo y la apreciación del dólar?
Sin embargo, su actitud y sus palabras no asombran pues van en la misma tónica de cuando, a través de su cuenta en Twitter, en junio de 2014, insinuó que en ese momento el Banco Central del Ecuador estaba sacando “costales de billetes”, haciendo otra alusión retórica -típica de usted- en referencia a denuncias, de hace ya 18 años, en contra de gobiernos anteriores.
Finalmente, señor asambleísta, le invito a adoptar una actitud más seria y humilde cuando habla de una materia que evidentemente no domina. Sus recursos puramente retóricos, las antojadizas interpretaciones de palabras de terceros para ensalzar su discurso político y ganar protagonismo, las burlas y los planteamientos incendiarios que escandalizan innecesariamente a la ciudadanía, no sólo hacen daño a quien le escribe y al Banco Central del Ecuador, sino que también socavan la confianza en el esquema monetario y el sistema financiero, actitud tremendamente irresponsable en momentos en que los ecuatorianos deberíamos estar unidos en torno a un debate transparente y propositivo que nos permita trabajar en soluciones para enfrentar esta coyuntura.
Atentamente,
Mateo Villalba
Gerente General
Banco Central del Ecuador