Con la llegada del siglo XX, la ciudad de Quito inició una transformación que paulatinamente cambiaría la imagen de ciudad franciscana. Arquitectónicamente llegó moda en donde las réplicas de palacios, mansiones o casa de campo europeas se tomaban el norte de la ciudad, especialmente en los barrios Larrea y La Mariscal. Las casas de la zona se convirtieron en artículos que brindaban prestigio a sus dueños.
Este fue el tema que convocó a un amplio marco de público en el Museo Numismático el miércoles 30 de agosto. Allí se realizó el conversatorio titulado «Expansión urbanística de Quito: Más allá del Centro Histórico, primeras décadas del siglo XX».
El expositor Jorge Gómez, docente del Instituto Tecnológico Superior de Turismo y Patrimonio “Yavirac”, explicó a los asistentes sobre la historia e importancia de varias joyas arquitectónicas de Quito edificadas en el período mencionado. Por ejemplo, la casa Guarderas es un ícono de las construcciones de la época porque es una mansión que tiene materiales traídos de Francia y los conserva hasta la actualidad.
Actualmente algunos de estos elementos arquitectónicos han sido demolidos para dar paso a edificaciones modernas. En otros casos, muchas de esas construcciones perdieron su estilo inicial y dieron paso a híbridos arquitectónicos que mezclan su diseño original con nuevas casas. En opinión de Gómez, esto es resultado del criterio de que lo moderno devora lo antiguo, una tónica que preocupa a los investigadores y expertos en la materia.
Esta conferencia es parte de un espacio mensual que ha creado el Banco Central del Ecuador (BCE) para conversar sobre temas de interés general, sobre todo los de carácter histórico. El Museo Numismático del BCE invita a la ciudadanía y a los expertos a mantenerse al tanto de la agenda de conversatorios programados.