¿Conoces los peligros del financiamiento informal? Te lo explicamos

En tiempos de urgencia económica, muchas personas buscan soluciones inmediatas para salir de apuros o emergencias. Es ahí donde el financiamiento informal aparece como una opción “fácil” ya que no requiere de papeleos, garantes, ni un historial crediticio.

Pero, ¿realmente vale la pena arriesgar tu estabilidad financiera y tu seguridad por una solución rápida?

En este artículo te explicaremos las principales diferencias entre el financiamiento formal e informal, así como los peligros ocultos del crédito informal que podrían poner en riesgo mucho más que tu dinero.

Financiamiento Formal vs Financiamiento Informal

El financiamiento formal comprende los créditos o préstamos otorgados por instituciones financieras reguladas, como bancos y cooperativas de ahorro y crédito. Estas entidades operan bajo la supervisión de organismos como la Superintendencia de Bancos y la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria. A diferencia de fuentes informales, este tipo de financiamiento se rige por requisitos legales, ofrece garantías claras, aplica tasas de interés reguladas y cuenta con mecanismos de protección al consumidor. Además, permite acceder a opciones como la refinanciación de deuda en caso de dificultades de pago.

En cambio, el financiamiento informal proviene de fuentes no reguladas, como prestamistas particulares, “chulqueros”, conocidos o personas que ofrecen dinero a través de redes sociales. Aunque suele percibirse como una opción más rápida o accesible, carece de respaldo legal, no ofrece garantías para el deudor y sus condiciones pueden ser inciertas o incluso riesgosas.

Riesgos del Financiamiento Informal

Aunque el financiamiento informal puede parecer una solución rápida y sencilla, conlleva graves riesgos que pueden desembocar en métodos agresivos de cobro, pérdida de patrimonio y ausencia total de protección jurídica.

Aquí los más importantes:

  1. Intereses elevados
    Los prestamistas informales suelen cobrar tasas de interés extremadamente altas, muchas veces por encima del límite legal. Esto puede atraparte en un ciclo de deuda difícil de romper.
  2. Falta de protección legal
    Al no existir un contrato formal respaldado por la ley, cualquier desacuerdo te deja sin herramientas legales para defenderte. Estás completamente expuesto a las condiciones impuestas por el prestamista.
  3. Métodos de cobro intimidantes
    En muchos casos, se recurre a amenazas, acoso, confiscación de bienes e incluso violencia para recuperar el dinero prestado. La presión constante puede afectar seriamente tu salud mental, tu entorno familiar y tu estabilidad laboral.
  4. No mejora tu historial crediticio
    Uno de los mayores inconvenientes es que este tipo de deuda no se registra en el sistema financiero formal, por lo que no contribuye a construir un historial crediticio, para acceder a mejores oportunidades en el futuro.
  5. Perjudica tu capacidad de ahorro
    El pago de intereses excesivos reduce tu capacidad de ahorrar, responder ante emergencias o invertir en tus metas personales o familiares.

Sabemos que las emergencias no avisan, pero recurrir al financiamiento informal puede tener consecuencias graves y duraderas. En cambio, optar por instituciones formales y reguladas te brinda respaldo legal, condiciones justas y la oportunidad de construir un historial crediticio que abra nuevas puertas para tu futuro financiero.