Los resultados hablan por sí solos: aproximadamente 28.000 personas entre inversionistas, profesores jubilados, pequeños, medianos y grandes empresarios o gente de banca, han confiado la custodia de sus papeles bursátiles al Depósito Centralizado de Valores del Banco Central del Ecuador (DCV-BCE), que el pasado 19 de junio cumplió diez años de labores. En total, estos depósitos suman alrededor de 25.000 millones de dólares.
John Arroyo, subgerente de Servicios del Banco Central del Ecuador, explica en qué consiste el trabajo del DCV: “En el mercado de valores ecuatoriano cualquier ciudadano, a través de una casa de valores, puede adquirir papeles por los cuales obtiene rentabilidad, como las acciones de una empresa, obligaciones, bonos del Estado, certificados de depósito, facturas comerciales negociables, entre otros. Mientras dicho ciudadano sea dueño de esos papeles puede depositarlos de forma segura en el Depósito Centralizado de Valores del Banco Central”.
En el DCV-BCE, el usuario recibe el pago por los rendimientos de sus inversiones en la fecha acordada y en cualquier entidad del sistema financiero. “El Depósito Centralizado del Valores garantiza que una transacción de compra y venta realizada en el mercado de valores culmine con éxito, en los plazos y en los términos acordados, todo cumpliendo altos estándares internacionales”, aclara Edgar Guerra, director del DCV.
Entre los servicios que ofrece el DCV-BCE están: inmovilización y desmaterialización de acciones dirigido a las compañías que requieran cotizarlas en el mercado de valores; mantenimiento del “Libro de Acciones y Accionistas”, registro de emisiones de valores públicos y privados, custodia, administración, transferencias, compensación y liquidación de valores. Además, el usuario puede consultar en línea de forma gratuita y segura el estado de cuenta y la posición respecto a sus inversiones, entre otros servicios.
De esta manera el Depósito Centralizado de Valores del Banco Central del Ecuador (DCV-BCE) dinamiza el mercado de valores ecuatoriano.
